Mejor configuración exterior: Cómo cultivar marihuana al aire libre

Cultivar marihuana al aire libre no es solo jardinería; es una aventura. Esta guía te lleva a través de la creación de la configuración exterior perfecta, entendiendo tu clima y manteniendo a raya las plagas, todo para ayudar a que tus plantas florezcan. Prepárate para consejos prácticos que convierten tu patio en una abundancia de verdes.

El cambio hacia el cultivo legal de marihuana a nivel mundial ha llevado a los cultivadores de las sombras a la luz del sol, muchos eligiendo el exterior por sus beneficios naturales. Esta transición ofrece no solo mayores rendimientos y costos más bajos, sino también un paso hacia una práctica más sostenible. 

Sin embargo, maximizar estas ventajas requiere más que simplemente mover las plantas afuera; ayuda tener una configuración de cultivo adaptada que se alinee con tu entorno.

Importancia de establecer la mejor configuración para cultivo exterior

Suena obvio, pero tomarse el tiempo para preparar tu configuración marcará una diferencia significativa en el éxito general de tu cosecha. Un área de cultivo bien planificada y ejecutada ayuda a garantizar un crecimiento óptimo y rendimientos de alta calidad. Al crear el ambiente ideal para que tus plantas prosperen, promoverás un crecimiento robusto, plantas saludables y, en última instancia, una experiencia de cultivo más placentera.

Pros y contras de exterior vs. interior

El cultivo al aire libre ofrece varios beneficios, pero no es para todos. Si estás en un apartamento o no tienes un clima adecuado, el cultivo al aire libre no es una opción. Además, el cultivo interior permite un mayor control sobre los factores ambientales, como la temperatura y la humedad, lo que puede resultar en rendimientos más consistentes. Sin embargo, el cultivo interior puede ser costoso debido a la necesidad de iluminación artificial y sistemas de ventilación.

El cultivo exterior, por otro lado, proporciona mucho más espacio para plantas más grandes, costos iniciales más bajos de equipos y una opción más ecológica. Sin embargo, la Madre Naturaleza es una amante caprichosa, y controlar los factores ambientales y proteger contra plagas y enfermedades no es una tarea pequeña. Al final, la decisión entre cultivar en interior y exterior depende de la preferencia personal y los recursos disponibles.

Consideraciones climáticas

Cuando se trata de cultivo al aire libre, el clima es quizás el factor más crítico a considerar. Las plantas de marihuana son robustas, pero aún así necesitan ciertas condiciones. La temperatura, la humedad, la luz, el riego y el refugio son todos aspectos clave a considerar al elegir un sitio de cultivo al aire libre.

Temperatura y humedad

Las plantas de marihuana son increíblemente sensibles a los cambios de temperatura y humedad, y solo prosperarán en un rango específico de condiciones. Los cultivadores deben estar atentos a la temperatura y humedad para evitar el estrés, el moho y otros problemas que podrían afectar el crecimiento y rendimiento de las plantas.

El rango de temperatura óptimo para las plantas de marihuana está entre 21-29 ºC durante el día y 15-21 ºC por la noche. Si bien las plantas pueden sobrevivir y crecer a temperaturas fuera de este rango, períodos más largos pueden afectar el crecimiento y desarrollo de las plantas, lo que resulta en rendimientos pobres, crecimiento atrofiado y cogollos de menor calidad. 

Si tu clima local no permite esto, hay varias opciones que incluyen calefacción, ventilación y sistemas de calefacción o refrigeración, dependiendo del clima y la época del año. Si tienes el espacio y los medios, construir un invernadero es siempre la mejor manera de controlar estos factores.

La humedad también juega un papel clave en el cultivo de marihuana. Los niveles altos de humedad pueden generar moho, mientras que la baja humedad puede hacer que la planta se seque y marchite. Es importante mantener tus niveles de humedad entre 40-60%, aunque esto puede variar según la etapa de crecimiento. Las plantas durante la etapa de vegetación pueden tolerar niveles más altos de humedad. Para regular los niveles de humedad, los cultivadores pueden usar deshumidificadores, humidificadores o ventilación natural.

Es crucial monitorear regularmente los niveles de temperatura y humedad, especialmente en condiciones climáticas extremas. El uso de un termómetro y un higrómetro puede ayudarte a rastrear los cambios y ajustar tu configuración según sea necesario. Al mantener los niveles de temperatura y humedad dentro del rango óptimo, puedes crear un ambiente saludable y próspero para que tus plantas de marihuana crezcan y produzcan cogollos de alta calidad.

Requisitos de luz

La luz es uno de los aspectos clave más importantes en el cultivo de marihuana. En pocas palabras, cuanto más luz le des a la planta, más grandes serán los cogollos al final. Por importante que sea la luz, es una de las cosas más fáciles de optimizar.

Para las plantas de marihuana de fotoperiodo, la cantidad de luz que reciben dicta cuándo comienzan a florecer. Durante la etapa vegetativa, las plantas necesitan al menos 18 horas de luz al día, mientras que durante la etapa de floración, necesitan 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad. Sin embargo, las horas reales de luz solar pueden variar dependiendo de la ubicación, la temporada y las condiciones climáticas.

Si estás usando semillas autoflorecientes, entonces el momento no importa en absoluto y las plantas florecerán por sí solas independientemente de las condiciones.

Para monitorear los niveles de luz, los cultivadores pueden usar un medidor de luz o un luxómetro. Un medidor de luz mide la intensidad de la luz en unidades de micromoles por metro cuadrado por segundo (µmol/m²/s), mientras que un luxómetro mide la cantidad de luz visible en unidades de lux. 

Para la mayoría de los cultivadores al aire libre, esto no es absolutamente necesario, simplemente asegúrate de que tus plantas estén en un área donde reciban luz solar directa durante todo el día.

Lluvia e irrigación

El cultivo de marihuana al aire libre requiere atención cuidadosa a las necesidades de lluvia e irrigación para asegurar que las plantas reciban la cantidad adecuada de agua. Tanto regar en exceso como en defecto son formas seguras de matar tus plantas. Cuánta agua necesitan las plantas depende de la etapa de crecimiento, el clima, el tipo de suelo y otros factores ambientales. 

Durante la etapa vegetativa, las plantas generalmente requieren mucho menos agua que durante la etapa de floración. A medida que la planta crece, necesitará más y más agua para seguir produciendo cogollos pesados. En promedio, las plantas de marihuana requieren alrededor de 4.5 litros por día por cada 500 gramos de flor procesada esperados después de la cosecha. Es posible que necesites hacer algunos cálculos basados en las semillas que tengas.

Es crucial evitar regar en exceso tus plantas al aire libre, ya que esto puede conducir al moho, la pudrición de las raíces y otros problemas. Un método efectivo para prevenir el riego excesivo es esperar a que el suelo se seque completamente antes de volver a regar. La velocidad a la que el suelo se seca dependerá de tus condiciones ambientales específicas, pero en general, se recomienda rociar las plantas con un rociador ligero una vez cada 2-3 días durante las primeras etapas.

Viento y refugio

El viento es otro factor ambiental que puede hacer o deshacer una configuración de cultivo al aire libre. Mientras que una brisa suave fortalece los tallos de las plantas y mejora la salud general de la planta, los vientos fuertes pueden causar daños significativos, especialmente a las plantas jóvenes.

La velocidad ideal del viento para las plantas de marihuana es aproximadamente de 10 a 20 km/h, ya que los vientos que exceden este rango pueden causar daños físicos a las plantas. Afortunadamente, proporcionar refugios simples, como rompevientos o enrejados, puede ayudar a proteger las plantas de los vientos fuertes y prevenir la rotura o daño de las ramas.

Al elegir un refugio para tus plantas de marihuana, es esencial considerar tu clima y tipo de suelo específicos. Por ejemplo, en áreas con alta precipitación, usar un refugio que permita un drenaje adecuado es crucial para prevenir el encharcamiento y la pudrición de las raíces. Además, elegir un refugio que proporcione una ventilación adecuada puede ayudar a prevenir la acumulación de humedad en exceso, lo que puede llevar al crecimiento de moho y mildiu.

Selección de una ubicación para una configuración de cultivo al aire libre

Solo porque tengas acceso a un patio no significa que realmente tengas un espacio para cultivar. Pero, con un poco de preparación, la mayoría de los espacios al aire libre pueden modificarse para manejar tu jardín.

Requisitos de suelo y topografía

El suelo en el que cultives tus plantas es crucial para desarrollar raíces saludables. El suelo ideal para el cultivo debe tener un nivel de pH equilibrado (entre 6.0 – 7.0 es ideal para el suelo), ser rico en materia orgánica y tener un buen drenaje. Una prueba de suelo puede ayudar a determinar los niveles de nutrientes y pH del suelo, y si necesita algo adicional para asegurar las condiciones ideales de crecimiento para las plantas.

Dado que es poco probable que el suelo en cualquier patio dado sea ideal para la marihuana, muchos cultivadores al aire libre usan un suelo fertilizado especial. Esto se puede hacer en macetas o excavando un agujero en el suelo y llenándolo con tierra nueva.

También se debe considerar la topografía del lugar, ya que puede afectar el drenaje e irrigación. El terreno debe ser nivelado o ligeramente inclinado para asegurar un adecuado drenaje de agua y evitar el encharcamiento. Las pendientes pronunciadas y las colinas pueden provocar erosión y escorrentía de nutrientes, mientras que el terreno plano puede provocar la acumulación de agua y saturación.

Proximidad a fuentes de agua

Si bien la lluvia debería proporcionar al menos algo de agua a tus plantas, aún tendrás que regarlas regularmente tú mismo. Llevar decenas de litros de agua es agotador y consume mucho tiempo, así que asegúrate de que tu jardín esté cerca de alguna fuente de agua. No uses agua de estanques o ríos, ya que esto aumentará en gran medida las probabilidades de algún tipo de infestación en tus plantas.

Consideraciones de seguridad y privacidad

Por mucho que me duela decirlo, el cultivo de marihuana al aire libre puede poner un objetivo en tu casa y hacerla más vulnerable al robo o vandalismo. La seguridad es una consideración crucial para los cultivadores. Aquí hay algunas preocupaciones de seguridad a tener en cuenta al configurar tu cultivo al aire libre:

  • Control de acceso: El acceso al área de cultivo debe estar restringido solo al personal autorizado. Instalar barreras físicas como cercas, puertas o paredes puede disuadir a los intrusos de acceder a tus plantas.
  • Vigilancia: Instalar cámaras de vigilancia alrededor del área de cultivo puede ayudar a disuadir el robo y proporcionar evidencia valiosa en caso de un incidente.
  • Iluminación: Una iluminación adecuada puede disuadir a los posibles intrusos y ayudarte a monitorear el área de cultivo durante la noche. Las luces activadas por movimiento pueden ser particularmente efectivas.
  • Alarmas: Instalar alarmas que se activen cuando alguien ingrese al área de cultivo puede alertarte y disuadir a los intrusos.
  • Ocultamiento: Camuflar el área de cultivo con follaje natural o artificial puede ayudar a disuadir a los posibles intrusos de notar las plantas.

Consideraciones legales

Obviamente, verifica tus leyes locales antes de cultivar cualquier cosa en interiores o exteriores.

Si el cultivo es legal donde vives, probablemente haya una restricción en la cantidad de plantas que un individuo puede cultivar. Aquí es donde el cultivo al aire libre es realmente útil. Si solo se te permite cultivar tres plantas, ¿por qué no hacerlas todas de tres metros de altura?

Elección de la variedad adecuada

No todas las variedades son iguales. Al elegir qué tipo de planta cultivar, asegúrate de que coincida con el clima en el que estás cultivando. Algunas de las cosas principales a tener en cuenta al investigar semillas incluyen:

  • Condiciones climáticas y ambientales: Elige una variedad que pueda prosperar en el clima y las condiciones específicas donde vives. Factores como la temperatura, la humedad, la lluvia y el viento son cruciales para determinar la variedad adecuada para cualquier ubicación. 

Con tantas variedades disponibles, es relativamente fácil encontrar una que sea ideal para tu clima. Mientras que una variedad como Critical Mass crecerá en casi cualquier lugar, las sativas como Trainwreck requieren una gran cantidad de luz solar para alcanzar su máximo potencial.

  • Rendimiento y tiempo de cosecha: Algunas variedades tardan más en madurar, mientras que otras tienen un rendimiento más alto. Diesel Haze, por ejemplo, tarda bastante tiempo en madurar, mientras que algo como Bubblegum XXL es conocido por su alto rendimiento.
  • Altura y tamaño: Sin techo sobre el que preocuparse, la altura es una ventaja importante al cultivar al aire libre. Algunas sativas, como Mexican Haze, pueden crecer a alturas imponentes, mientras que Purple Bud sigue siendo relativamente pequeña. Considera el tamaño de la planta y el espacio disponible para evitar el hacinamiento y maximizar el rendimiento.

En todas nuestras páginas de productos, encontrarás información sobre el tamaño de la planta, el tiempo de floración y la temporada de crecimiento ideal para ayudarte con tu compra. 

Preparación del suelo y siembra

Como se mencionó anteriormente, generalmente no se considera una buena práctica simplemente arrojar tus semillas en el suelo y ver qué crece. Necesitarás preparar el suelo para darle a tus plantas el mejor ambiente posible.

Cómo preparar el suelo para las plantas de marihuana

Antes de plantar, debes analizar tu suelo para determinar sus niveles de pH y deficiencias de nutrientes. Analizar el suelo te ayudará a identificar el mejor enfoque para prepararlo y qué nutrientes son necesarios para un crecimiento óptimo. Esto puede ser un paso adicional y por eso muchos cultivadores optan por bolsas premezcladas de suelo.

Agregar materia orgánica como compost, estiércol y lombrices para mejorar la estructura y fertilidad del suelo es otro paso crucial, ya que estos materiales orgánicos proporcionan nutrientes que promueven el desarrollo saludable de las raíces, la actividad microbiana y la retención de humedad en el suelo.

También es importante airear el suelo antes de plantar. Esto ayuda a mejorar el drenaje y la oxigenación al romper el suelo compactado, lo que puede dificultar el crecimiento de las raíces y la absorción de nutrientes. Arar o voltear el suelo a una profundidad de 30 a 50 cm para aflojar el suelo compactado y mejorar la estructura del suelo. Esto permitirá que las raíces crezcan más profundamente, lo que ayudará a las plantas a resistir mejor la sequía, el viento o las lluvias fuertes.

Tipos de suelo recomendados

Hablando en términos generales, hay tres tipos principales de suelo para considerar: suelo franco, suelo arenoso y suelo arcilloso. 

El suelo franco se considera el mejor candidato para cultivar marihuana, ya que tiene un equilibrio perfecto de partículas de arena, limo y arcilla. Esta combinación proporciona un excelente drenaje, aireación y retención de nutrientes. El suelo franco es fácil de trabajar y es ideal para cultivadores novatos debido a la buena estructura que también facilita que las raíces penetren en el suelo y accedan a los nutrientes. 

El suelo arenoso es otra opción para los cultivadores al aire libre. El suelo arenoso es fácil de trabajar y proporciona un buen drenaje. Sin embargo, tiende a secarse rápidamente y no retiene los nutrientes tan bien como el suelo franco. Por lo tanto, los cultivadores que usan suelo arenoso pueden necesitar regar y fertilizar sus plantas con más frecuencia.

El suelo arcilloso es la tercera opción pero generalmente se considera más desafiante para el cultivo de marihuana al aire libre. Este tipo de suelo tiene un alto porcentaje de partículas de arcilla, lo que lo hace denso y menos aireado. El suelo arcilloso tiene un drenaje deficiente y puede retener demasiada agua, lo que puede provocar pudrición de raíces. Para mejorar el drenaje y la estructura del suelo arcilloso, los cultivadores pueden agregar materia orgánica como compost, estiércol o lombrices.

Además de los tipos de suelo mencionados anteriormente, también puedes considerar otras opciones como turba, vermiculita y perlita. Estas enmiendas de suelo suelen usarse para mejorar la estructura del suelo, la retención de agua y la aireación. Sin embargo, debes usarlas en la proporción adecuada para evitar excederte y dañar las plantas. 

Por lo general, comienza con un suelo premezclado básico hasta que adquieras el hábito de regar y monitorear el pH antes de intentar experimentar con mezclas sólidas.

Requerimientos de fertilizantes y nutrientes

Dar a tus plantas los nutrientes adecuados es vital para su crecimiento saludable. Los cultivadores al aire libre tienen varias opciones excelentes disponibles para obtener el máximo provecho de sus plantas.

Las plantas de marihuana requieren una mezcla equilibrada de nutrientes y es esencial proporcionarles la cantidad adecuada de nutrientes en el momento adecuado. Los macronutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio (relación NPK) se requieren en mayores cantidades, mientras que los micronutrientes como calcio, magnesio y hierro se requieren en cantidades menores.

Los fertilizantes orgánicos como compost, harina de huesos y harina de sangre son excelentes opciones para las plantas de marihuana al aire libre. Estos fertilizantes son ricos en nutrientes esenciales y a menudo son de liberación lenta, lo que garantiza un suministro constante de nutrientes a las plantas, al tiempo que mejoran la salud del suelo al agregar materia orgánica al suelo, promover la actividad microbiana y mejorar la retención de agua.

Los cultivadores querrán evitar la sobre-fertilización de las plantas, ya que esto puede provocar quemaduras de nutrientes y otros problemas de la planta. La sobre-fertilización puede causar una acumulación de sales en el suelo, lo que puede dañar las raíces y reducir la absorción de nutrientes. Este es un problema mayor en el suelo que en los sistemas hidropónicos, ya que estos últimos pueden drenarse y reequilibrarse fácilmente. Para evitar la sobre-fertilización, comienza con una concentración más baja de nutrientes y aumenta gradualmente según sea necesario.

Además de los fertilizantes orgánicos, algunos cultivadores también utilizan fertilizantes sintéticos. Sin embargo, hay que tener cuidado al usar estos ya que pueden ser agresivos para las plantas y pueden provocar desequilibrios de nutrientes. Es mejor usar fertilizantes sintéticos con moderación y solo cuando sea necesario.

Para asegurar una óptima absorción de nutrientes, debes monitorear el nivel de pH del suelo. Las plantas de marihuana prefieren un pH del suelo ligeramente ácido entre 6.0 y 7.0, y si el pH del suelo es demasiado alto o demasiado bajo, puede provocar deficiencias o toxicidades de nutrientes. Las pruebas regulares del suelo pueden ayudar a garantizar que el nivel de pH esté dentro del rango óptimo y que las plantas estén recibiendo la cantidad correcta de nutrientes. 

Cultivo de marihuana al aire libre: ¿Suelo abierto o macetas?

Ahora que estás listo, es hora de finalmente empezar a cultivar marihuana al aire libre. Ya sea que estés cultivando a partir de una semilla o un clon, las técnicas generales utilizadas en la etapa de siembra son las mismas. Lo que importa, sin embargo, es si planeas usar macetas sobre el suelo o plantar directamente en el suelo. Cada opción tiene sus ventajas. 

Cultivo de marihuana al aire libre en macetas

Cultivar marihuana al aire libre en macetas es definitivamente la opción más fácil. Solo necesitas llenar tu maceta con suelo y colocarla en un buen lugar. Usar macetas también significa que puedes mover tus plantas fácilmente según sea necesario para asegurarte de que permanezcan en el mejor lugar.

Nota: Siempre ten mucho cuidado al mover una planta. Las plantas de marihuana, especialmente cuando se cultivan al aire libre, pueden volverse increíblemente pesadas y pueden romperse bajo demasiado estrés.

Si estás cultivando marihuana en una maceta, asegúrate de elegir una que sea lo suficientemente grande para una planta completamente desarrollada. Por lo general, cualquier cosa en el rango de 30 a 50 litros es ideal para el cultivo al aire libre.

Cultivo de marihuana al aire libre en el suelo

Cultivar marihuana al aire libre es la mejor manera de maximizar tu rendimiento. Si quieres ver cuán grandes pueden crecer tus plantas, entonces plantarlas directamente en el suelo es la mejor opción. Esto asegurará que tus plantas tengan todo el espacio que necesitan para echar raíces y asegurará que estén tan firmemente plantadas como puedan estarlo.

Prepararse para esto, sin embargo, requiere un poco de trabajo. 

  1. Medir: Cuánto espacio tienes determina cuántas plantas puedes cultivar. Asegúrate de darle a cada planta un mínimo de 1 m2 para crecer. Idealmente, con jardines al aire libre, 1.5-2 m2 es lo ideal.
  2. Cavar: Consigue una pala y un amigo y ponte a trabajar. Debes cavar cada agujero unos 30-45 cm de profundidad y ancho, dependiendo del tamaño esperado de tu planta. Una vez que el agujero esté completo, asegúrate de romper el suelo en la parte inferior para aumentar la aireación.
  3. Llenar: Coloca una capa de materia orgánica como compost o lombrices en el fondo del agujero y luego llena de nuevo alrededor del 90% con tu medio de cultivo deseado.
  4. Trasplantar: Coloca tu clon o plántula en el agujero y llena el área con medio de cultivo. Asegúrate de que las raíces de la planta estén completamente enterradas y que las hojas estén al menos a unos centímetros sobre el suelo.
  5. Regar: Riega inmediatamente el sitio para ayudar a que el suelo se asiente en su lugar. Ten cuidado de evitar el riego excesivo.

Mantenimiento y cuidado de una configuración de cultivo al aire libre

Las plantas de marihuana suelen ser fáciles de cultivar, pero es necesario mantenerse al tanto del mantenimiento regular, especialmente al aire libre.

Riego e irrigación

Cuánto y con qué frecuencia debes regar tus plantas dependerá de factores como el clima, el tipo de suelo y la etapa de crecimiento. Regar en exceso puede provocar pudrición de raíces y otros problemas, mientras que regar insuficientemente puede estresar las plantas y reducir los rendimientos.

El medio más simple de regar tus plantas es exactamente lo que imaginas. Llena una regadera y comienza a verter agua. Si estás usando macetas, deberías ver que sale algo de agua por la parte inferior. En general, trata de mantener los primeros 2 cm de suelo apenas húmedos sin permitir que se sature de agua.

Si estás cultivando en el suelo, puede ser más difícil saber cuándo es suficiente. Invertir en un medidor de humedad del suelo es una forma económica y confiable de mantener un seguimiento de los niveles de agua de tus plantas. Sin importar dónde estés cultivando, sin embargo, es mejor intentar mantener las hojas de las plantas secas para evitar el crecimiento de moho.

Una herramienta útil para el riego es un sistema de riego por goteo, que entrega agua directamente a la base de las raíces de la planta. Este método ayuda a prevenir la pérdida de agua por evaporación y reduce el riesgo de regar en exceso. Sin embargo, esto es otro equipo algo costoso que no es estrictamente necesario.

Manejo de plagas y enfermedades

La pesadilla de cualquier cultivador, las plagas, las enfermedades y los mohos pueden destruir rápidamente toda una cosecha. Tomar medidas adecuadas para prevenir que aparezcan podría llevar tiempo, pero podría salvar todo el trabajo de tu verano.

Medidas preventivas

Inspeccionar tus plantas regularmente en busca de signos de plagas o enfermedades debería ser parte del mantenimiento diario. Al eliminar hojas muertas y mantener el área de cultivo limpia, puedes reducir la oportunidad de que muchas plagas se establezcan.

Si estás en un área donde los insectos son simplemente una parte inevitable de la vida, introduce insectos benéficos como mariquitas, crisopas y ácaros depredadores para controlar las plagas de forma natural. Además, plantar algo como caléndulas es una técnica popular para controlar ciertas plagas como los pulgones.

Plagas comunes

Las plagas exactas con las que te encontrarás dependerán de dónde estés, pero algunas son casi universales.

  • Pulgones: Insectos pequeños que chupan la savia y pueden estancar el crecimiento de la planta y transmitir virus.
  • Ácaros araña: Arácnidos diminutos que causan manchas amarillas o marrones en las hojas y telarañas en la planta.
  • Orugas: Larvas de polillas y mariposas que pueden masticar hojas y brotes.
  • Trips: Insectos diminutos que causan daños a las flores y al follaje.

Tenemos todo un artículo sobre cómo lidiar con las plagas comunes que vale la pena revisar antes de comenzar.

Remedios naturales

Hay varios remedios naturales probados y verdaderos para proteger tu marihuana al aire libre.

  • Aceite de neem: Un insecticida natural que interrumpe el ciclo de vida de las plagas.
  • Tierra de diatomeas: Un polvo hecho de los restos fósiles de diminutos organismos acuáticos que se puede usar para controlar plagas dañando sus exoesqueletos.
  • Aerosoles de ajo y pimienta: Aerosoles caseros que pueden repeler insectos y evitar que se alimenten de las plantas.

Estos son todos excelentes preventivos y se pueden usar para disuadir una pequeña infestación si se detecta temprano. Sin embargo, si algo se te pasó por alto y se ha salido de control, podría ser hora de un esfuerzo de último recurso.

Tratamientos químicos

Los pesticidas y fungicidas se pueden usar para controlar plagas y enfermedades, pero deben usarse con moderación y precaución. Pueden causar daño a insectos beneficiosos y polinizadores e incluso pueden causar daño duradero a la planta. Además, nunca deben usarse durante la etapa de floración, ya que pueden arruinar tus cogollos.

Quieres identificar y abordar los problemas de plagas y enfermedades lo antes posible para evitar que se propaguen y causen daños significativos a las plantas. El monitoreo regular y las medidas preventivas, combinadas con tratamientos naturales y químicos cuando sea necesario, pueden ayudar a mantener las plantas sanas y productivas.

Poda y entrenamiento

La poda y el entrenamiento se pueden usar para maximizar el rendimiento de tu cultivo al aire libre y mejorar la salud de las plantas. La poda es el acto de eliminar selectivamente hojas y ramas para mejorar el flujo de aire y la penetración de la luz. Esto tiene el efecto de aumentar el crecimiento de los cogollos mientras se reduce el riesgo de enfermedades. El topping es una de las técnicas de poda más comunes e implica cortar la parte superior del tallo principal para promover el crecimiento lateral, creando una planta más frondosa. 

Además de la poda, varias técnicas de entrenamiento pueden ayudar a mejorar el crecimiento y el rendimiento de la planta. Los enrejados proporcionan soporte para las plantas y ayudan a mantenerlas erguidas, lo que puede ser especialmente importante para plantas más grandes y pesadas en floración. 

Las técnicas de entrenamiento también pueden ayudar a maximizar la utilización del espacio, lo que es especialmente necesario en el cultivo al aire libre donde el espacio puede ser limitado. Por ejemplo, el entrenamiento de bajo estrés (LST, por sus siglas en inglés) implica doblar las ramas y atarlas para crear un dosel más horizontal, aumentando la exposición a la luz y llevando a rendimientos más altos.

Cosecha y curado

La cosecha y el curado son pasos críticos en el proceso de cultivo que pueden afectar la calidad y la potencia del producto final. Aquí hay algunas consideraciones:

¿Cuándo debo cosechar el marihuana al aire libre?

El mejor momento para cosechar tus plantas depende de la variedad y tu ubicación. Una de las formas más seguras de determinar el mejor momento para cosechar es monitorear los tricomas. Estos son los pequeños cristales en los cogollos que almacenan los cannabinoides y terpenos. Se puede usar un microscopio de mano para examinar los tricomas y buscar cambios en color y claridad. En general, la cosecha debe ocurrir cuando los tricomas estén nublados y ámbar en color.

Consulta la descripción de tus semillas para ver cuánto tiempo normalmente tarda la variedad. Aunque no es una garantía, proporciona una excelente guía.

Técnicas para cosechar plantas al aire libre

Maneja las plantas con cuidado durante la cosecha para evitar dañar los cogollos. Quizás el método más fácil sea simplemente cortar la planta y colgarla boca abajo en un lugar fresco y seco para permitir que los cogollos se sequen.

Secado y curado

Después de unos días, retira las hojas más secas y separa la planta en unas pocas ramas más grandes y déjalas secar otros pocos días. Finalmente, retira los cogollos, dales un último recorte y pasa a la fase de curado.

Nota: Durante esta fase, la ventilación adecuada es vital. Las plantas crearán una gran cantidad de humedad y si el área de secado no recibe continuamente aire fresco, tus plantas son susceptibles al moho, arruinando todo tu verano.

Después del secado, traslada tus cogollos a frascos herméticos durante varias semanas para permitir que la humedad restante se evapore y mejorar el sabor y el aroma de los cogollos. Durante este tiempo, querrás monitorear los niveles de humedad de la marihuana y abrir cada frasco durante unos minutos una o dos veces al día para dejar respirar los cogollos.

Almacenamiento y conservación de marihuana

Un almacenamiento adecuado es crucial para preservar la potencia y la calidad de la marihuana. Mantén los cogollos en un lugar fresco, oscuro y seco para evitar el moho y la degradación. Los frascos de vidrio con tapas herméticas son una buena opción para almacenar marihuana a largo plazo. Además, las bolsas selladas al vacío se pueden almacenar en un congelador durante períodos prolongados.

Esta guía solo rasca la superficie de lo que se necesita para crear la mejor configuración de cultivo al aire libre, pero si sigues estos pasos, estarás bien encaminado para comenzar con uno de los pasatiempos más gratificantes que existen. 

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    Kenny Hall

    Criada en las Montañas Rocosas de Colorado, me trasladé a Praga en 2017 y nunca he mirado atrás. En mis días más pobres en la universidad, aprendí todo lo que necesitaba para empezar a cultivar por mi cuenta. Ahora es mi afición desde hace casi 20 años. Cuando no estoy escribiendo o cuidando mi jardín, me encontrarás en el parque con una cerveza, un porro y cogollos, disfrutando del cielo azul.
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